029 - Sto Tomás de Aquino

S. Th. III, q. 23, a. 1 c

Esto tiene de más la adopción divina que la humana: por medio del don de la gracia, Dios hace idóneo al hombre que adopta para recibir la herencia celestial; el hombre, por el contrario, no hace idóneo a aquél a quien adopta, sino más bien elige para adoptar a quien era ya idóneo.

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