078 - S. Gregorio Magno

Regula pastoralis, 3, 12

De mucha salud para el alma sirve el malestar del cuerpo. La enfermedad nos muestra la propia debilidad y reforma el alma; la purifica de los pecados cometidos y la reprime de los que podrían cometerse. El dolor físico nos hace callados y sufridos, nos recuerda nuestras culpas y nos trae a la consideración todo lo malo que hemos hecho. Por eso, al padecer exteriormente, por dentro nos dolemos más de nuestros pecados, y por medio de la lesión corporal, se purifica más la herida oculta del corazón.


...

No hay comentarios:

Publicar un comentario